Por: Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña
Neurólogos de la Universidad de
California (UCLA), ubicada en los Angeles, han estado alertando sobre el riesgo
que para el cerebro humano representan diversas sustancias químicas utilizadas
como plaguicidas por la industria agrícola. En especial, han llamado la
atención sobre la relación entre la enfermedad de Parkinson y la exposición a
algunos plaguicidas. Algunas de las principales sustancias que se han
relacionado al Parkinson son: el fungicida Maneb, el herbicida Paraquat, y el
pesticida Hiram.
En estudios realizados en el Valle
Central de California, se calculó que las personas que habitan cerca de lugares
donde se hace uso de estos tres químicos de manera conjunta por la industria
agrícola, la predisposición a padecer Parkinson se incrementa hasta en un 300
%. Pero también se ha descubierto una cuarta sustancia implicada: el pesticida
Benomin, que aunque actualmente ya se ha prohibido por la Agencia de Protección
Ambiental de EUA, sus efectos tóxicos aun persisten debido a los residuos
acumulados en el medio ambiente, como ha explicado Jeff Borrasteis, profesor de
neurología de la UCLA.
Los investigadores han descubierto
que diversos síntomas de personas que han estado en contacto con el Benomil,
son semejantes a los que padecen personas con enfermedad de Parkinson, que no
han estado expuestos al químico.
Todo indica que este insecticida
impide a la enzima ALDH (aldehido deshidrogenasa) desarticular una toxina que
se forma de manera natural en el cerebro humano conocida como DOPAL. Al
inhibirse la actividad de la enzima ALDH, la DOPAL se acumula en el cerebro
causando la muerte de neuronas. Siendo este efecto del DOPAL, el mismo que se
produce en las personas que padecen Parkinson en personas que no han estado en
contacto con el Benimul, por lo que se cree que este químico al igual que los
otros mencionados incrementan la posibilidad de padecer Parkinson.
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