Inflamación Crónica Silenciosa, el denominador común
El termino inflamar proviene del latín inflammare, que significa “arder en llamas”.
La inflamación aguda es necesaria y curativa en ciertos casos. Es producida por la activación del sistema inmune en el sitio de una lesión o de alguna infección. Es el epitome de las reacciones sanadoras del cuerpo.
Pero cuando la inflamación surge y persiste sin cumplir con su propósito curativo se convierte en causa de diversas enfermedades crónicodegenarativas. Esta involucrada en padecimientos tan diversos como la obesidad, diabetes, cáncer, depresión, autismo, asma, artritis, cardiopatía isquémica, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y Alzheimer, además de otras. La inflamación cerebral = deterioro cognitivo.
La inflamación acelera el proceso de envejecimiento afectando:
El sistema eicosanoide, el sistema neuroendócrino, la respuesta inmune, la permeabilidad intestinal, la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, la metilación de los genes y por tanto la expresión genética.
La ICS incrementa la glicación, la oxidación, la errónea metilación de los genes y con ello la expresión genética errónea. Y a su vez estos cuatro pilares de las enfermedades aumentan y aceleran la inflamación cercando así un circulo vicioso de degradación de las células, tejidos y órganos de todo el cuerpo predisponiéndolo a todo tipo de enfermedades crónicodegenarativas, aceleración del envejecimiento y disminuyendo la expectativa de vida.
Entre muchos ejemplos que podríamos describir, la Inflamación es exactamente lo que ocurre en el cerebro de un paciente con Alzheimer. Es uno de los procesos patológicos subyacentes en el desarrollo de esta enfermedad. Por eso en estos pacientes los marcadores biológicos de la inflamación como la Proteína C Reactiva, la interleucina 6 (IL-6), y el Factor de Necrosis Tumoral Alfa (TNF-α) se encuentran elevados y su medición puede servir para predecir el deterioro cognitivo y desarrollo de la demencia.
El TNF-α en particular desempeña un papel importante en la inflamación de todo el cuerpo y además de encontrarse elevado en pacientes con Alzheimer, se ha determinado que se eleva en otros padecimientos inflamatorios como psoriasis, artritis reumatoide, enfermedad cardiovascular, enfermedad de Crohn y asma. Es tan crucial el papel que desempeña esta variedad de citoquina en estos padecimientos que la industria farmacéutica ha invertido mas de 20 mil millones de dólares anuales en el desarrollo de inhibidores del TNF-α.
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