Alimentos industrializados, Síndrome de la Grasa Tóxica e Inflamación Crónica Silenciosa
Por: Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña
La creciente incidencia de inflamación crónica silenciosa, es un fenómeno muy reciente en la historia de la humanidad.
Sabemos que su origen se remota a la introducción de alimentos industrializados, desde el inicio de la revolución industrial. Esto no solo incluye a los que actualmente conocemos como comida basura, sino también a los aceites vegetales y todos los alimentos elaborados con hidratos de carbono refinados (azúcar y harinas blancas), como pan, pasta, cereales procesados y muchos otros “comestibles artificiales”. Sin estos ingredientes baratos e imperecederos, la industria alimentaria no tendría las fabulosas ganancias que actualmente obtiene.
Estados Unidos se ha convertido en el principal productor de ingredientes baratos para la fabricación de “productos comestibles artificiales”. Es mucho más barato, por ejemplo, utilizar aceites de maíz, de soya, de canola, de algodón u otros similares (elaborados a partir de semillas transgénicas y patentadas por Monsanto), ricos en ácido grasos poliinsaturados molecularmente alterados, que utilizar aceite de oliva virgen.
Actualmente, Estados Unidos es un líder mundial de la industria de los alimentos industrializados. Por eso es el primer lugar en donde apareció el “Síndrome de la Grasa Tóxica” (que describen los doctores Barry Sears y otros) y que se ha estado expandiendo aceleradamente a todo el planeta. Gracias a la globalización dichos “productos alimenticios artificiales” se han convertido en los más consumidos en la mayoría de los países.
El costo de los alimentos procesados se ha abaratado exageradamente debido a los avances tecnológicos (erróneamente empleados), a los subsidios gubernamentales, a un mayor tiempo de conservación durante su transporte y una vida de anaquel más extensa. Siendo más fáciles de transportar y de vender.
Además, el costo de producción de los hidratos de carbono y los aceites vegetales refinados, es aproximadamente 400 veces mas barato por caloría, que el de las frutas y las verduras, los cereales, leguminosas y oleaginosas frescas.
Es fácil comprender que, si al consumidor se le dan a elegir entre productos industrializados baratos, de fácil preparación, sabrosos al paladar y que además se conservan por mucho tiempo, y los alimentos naturales que son más caros, difíciles de preparar y rápidamente perecederos, la mayoría de la gente elige los primeros.
Pero ahora sabemos que estos “alimentos artificiales” portadores de moléculas energéticas molecularmente alteradas e insuficientes o carentes de micronutrientes y otras biomoléculas de importancia vital para el mantenimiento de la salud (calorías bacías), son la causa principal de la inflamación crónica silenciosa, los desequilibrios neuroendocrinos, bioquímicos, de del agotamiento del microbioma, factores subyacentes de la mayoría de las enfermedades las crónicodegenerativas e infecciosas, convertidas en una epidemia que azota a toda la humanidad.
Además, la industria que produce estos “alimenticios artificiales” que caracterizan a la civilización industrial, son también la causa principal contaminación ambiental, de la destrucción de la ecología, fenómenos que también afectan severamente la salud de los seres humanos y la de todos los seres vivos.
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