Hidratos de Carbono refinados
Por: Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña.
Porqué comer hidratos de carbono refinados, o en exceso, aunque sean naturales puede dañar al organismo humano. #Glucoopatías, #disglicemia, #dislipidemia y su relación con la enfermedad y el #envejecimiento. Un exceso de hidratos de carbono enferma, engorda y envejece.
Existen diversas razones por las que los hidratos de carbono (HC) refinados, los HC simples, y/o los HC de alto índice glicémico, o bien un exceso de HC, aunque sean naturales y complejos, pueden dañar severamente al organismo humano acrecentando la predisposición a padecer enfermedades crónico degenerativas; y también acelerando el proceso de envejecimiento ocasionando un estado de senectud prematuro.
El exceso de glucosa en la sangre originado por un consumo inadecuado de hidratos de carbono, producen:
Incremento de Productos Finales de Glicación Avanzada (AGEs) moléculas sumamente reactivas y pegajosas que dañan a prácticamente todos los tejidos del cuerpo, especialmente al tejido conectivo de la piel, las articulaciones, los tendones, pero también al hígado, los riñones, el cristalino de los ojos, el sistema nervioso central y el cerebro produciendo enfermedades crónicas, así como un envejecimiento prematuro.
Altibajos de glucosa en la sangre, con fases hiperglicemia, seguidos por fases de hipoglucemia afectando severamente el estado de animo, las emociones, la concentración mental, las operaciones intelectuales y los niveles de energía, entre otros efectos, además este fenómeno estimula la producción excesiva de hormonas del estrés, adrenalina y cortisol.
Incremento de la secreción de la hormona insulina lo cual con el tiempo induce un estado de resistencia a la insulina, sobrepeso, obesidad, prediabetes, diabetes mellitus tipo 2, diabetes tipo 3 y a su vez, enfermedad de Alzheimer.
Aumento del factor de necrosis tumoral, citoquinas proinflamatorias, mediadores de la inflamación y del dolor, y predisposición a la formación de tumores y cáncer.
Aumentan los radicales libres y el consecuente estrés oxidativo, dañando el sistema inmunológico, el código genético de las células y las mitocondrias, acelerando el envejecimiento.
Incremento de los lípidos sanguíneo: triglicéridos, colesterol total, lipoproteínas de baja y de muy baja densidad, con la consecuente formación de placas de ateroma, ateroesclerosis y arterioesclerosis.
Alteran la metilación del código genético fomentando con ello la expresión inadecuada de los genes, con un potencial incremento de la formación de tumores y cáncer.
Acrecientan la formación una enzima denominada delta-5-desaturasa, la que a su vez aumenta la conversión de los ácidos grasos omega 6 a ácido araquidónico, precursor de los #eicosanoides de la serie dos (#prostaglandinas 2, #tromboxanos, leucotrienos, etc.), los cuales en exceso, incrementan el colesterol total, las lipoproteínas de baja densidad, el factor de necrosis tumoral, las citoquinas inflamatorias, la reactividad plaquetaria, la formación de coágulos en la sangre, placas de ateroma, la densidad y viscosidad sanguínea.
En suma, predisponen a todo tipo de enfermedades crónico degenerativas y aceleran fuertemente el proceso de envejecimiento.
Es importante sin embargo, entender que cada persona tiene una tolerancia individual a los hidratos de carbono, y que solo cuando el consumo sobrepasa esa tolerancia sobrevienen los problemas mencionados.
Comer hidratos de carbono naturales, sin refinar, sin industrializar, no solo es sano, sino conveniente. La clave para mantener la salud está en no sobrepasar el limite de la tolerancia personal.
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