La preocupación por los efectos perjudiciales del azúcar en la salud no es un fenómeno reciente. Desde principios del siglo XX, estudios pioneros comenzaron a revelar las consecuencias adversas del consumo excesivo de azúcar, especialmente en niños. Durante las décadas de los años 60, 70 y 80, destacados investigadores reforzaron estas advertencias, alertando sobre los riesgos de integrar el azúcar refinada en la dieta diaria.
Entre estas voces, destacó la Dra. Catherine Kousmine, una de las figuras más influyentes y visionarias en el campo de la nutrición, quien dedicó gran parte de su carrera a demostrar los daños metabólicos, físicos y cognitivos asociados al consumo excesivo de este ingrediente.
Su trabajo no solo marcó un hito en la nutrición, sino que también inspiró a generaciones a reflexionar sobre la relación entre la alimentación y el bienestar integral.
La Dra. Catherine Kousmine, una reconocida médica y nutricionista pionera en la alimentación saludable, enfatizaba el impacto negativo del consumo de azúcar refinada en la salud de los niños, tanto física como mental.
Según Kousmine, el azúcar refinada no solo afecta el metabolismo, sino que también puede influir significativamente en el desempeño escolar y el comportamiento de los niños. Sus principales observaciones sobre el tema incluyen:
1. Alteración del sistema nervioso: El consumo de azúcar provoca fluctuaciones rápidas en los niveles de glucosa en sangre, lo que puede causar hiperactividad, dificultades de concentración y cambios bruscos de humor en los niños.
2. Déficit de nutrientes esenciales: El azúcar refinada carece de vitaminas y minerales esenciales. Su consumo exige al cuerpo utilizar reservas de nutrientes como el magnesio, el zinc y las vitaminas del grupo B, que son esenciales para el funcionamiento cerebral y el aprendizaje.
3. Fatiga y disminución del rendimiento escolar: Después de un rápido aumento de energía tras el consumo de azúcar, suele haber una caída abrupta (hipoglucemia reactiva), lo que genera cansancio, falta de atención y un rendimiento escolar pobre.
4. Relación con trastornos del comportamiento: Kousmine señalaba que dietas altas en azúcares pueden agravar problemas como el déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y otros trastornos del comportamiento, dificultando la convivencia escolar y familiar.
Kousmine abogaba por una dieta saludable basada en alimentos integrales, ricos en nutrientes y bajos en azúcar refinada, para garantizar un desarrollo óptimo de los niños tanto a nivel físico como cognitivo.
Ella consideraba que la alimentación era un pilar fundamental para la prevención de enfermedades y la mejora del bienestar general Impacto del azúcar en la salud infantil según Catherine Kousmine
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